Comenzamos la semana y el mes con un sobresalto para muchos autónomos y empresas. La sorpresa no ha sido precisamente agradable cuando al despertar han comprobado en sus cuentas bancarias que la Agencia Tributaria ha procedido al cobro de los aplazamientos de deuda que tenían los autónomos, pymes y grandes empresas de procedimientos anteriores a la declaración del Estado de Alarma.
Si bien ha sido de agradecer la inexistencia del cobro de dichos aplazamientos durante estas semanas de Estado de Alarma se esperaba, en plena desescalada y en el momento en el que vamos recuperando la actividad, una mayor condescendencia por parte de la administración para el cobro del conjunto de los aplazamientos. Si bien es cierto que las empresas eran conocedoras de dichas deudas, e incluso muchas contaban con un plan de pagos de estos meses atrás y por tanto debían disponer del dinero para afrontarlas, la realidad durante estos meses ha sido muy distinta, lo que ha llevado a que muchas de las empresas no dispongan de las cantidades exigibles por la administración.
Lo que más ha afectado de la actitud tomada por parte de la Administración es la decisión de cobrar todos los plazos que no se han pasado en meses anteriores, en un único plazo en el día de hoy, lo que no solo ha generado desconcierto sino que supone otro azote más a las empresas que ya tienen bastante con sobrevivir ante este situación de verdadera tragedia económica.
Supone otro azote más a las empresas que ya tienen bastante con sobrevivir ante este situación
Para entender esto último, y con ello el proceder de la administración, podemos tomar como ejemplo el caso de un autónomo que aplazara el modelo 130 del cuarto trimestre de 2019, cuya presentación se realizó durante el mes de enero. Dicho autónomo supongamos que aplazó en tres meses, siendo el primer plazo efectivo en el mes de abril. A día de hoy, 1 de junio, se le ha pasado por cuenta la suma de los dos primeros plazos (abril y mayo), y además el próximo día 6 de junio se le pasará por la cuenta el cobro del tercer plazo de manera ordinaria. Por lo que ha pasado de solicitar un aplazamiento de deuda para verse más aliviado a la hora de afrontar gastos, a pagar el total de la deuda más sus intereses correspondientes en el período de una semana.
No podemos obviar el hecho que, dentro de tan sólo un mes, los autónomos y empresas están emplazados nuevamente a un nuevo impuesto trimestral, en esta ocasión la presentación del segundo trimestre del año en curso, lo que supondrá una concatenación de pagos a la administración que parece no tener fin.
Cierto es que en estos meses, se han adoptado medidas económicas para aliviar la carga de los autónomos y empresas, pero visto el tiempo transcurrido inmersos en esta situación, las dificultades que muchas empresas están asumiendo en su día a día para retomar la actividad, las enormes restricciones todavía vigentes por la situación de alarma, el sobreendeudamiento de muchas empresas, así como la falta de flexibilidad de la administración en algunos aspectos, no cabe duda que las medidas resultan, cuanto menos, muy insuficientes.
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