«Cómo superar la ansiedad» por Minerva Santana

Si pensabas que me iba a desquitar en el blog hablando de la reforma laboral o de la subida del salario mínimo, vas y no vas desencaminado/a. Ahora no voy a entrar en el tema, pero sí en algo que me preocupa y ocupa. De un tiempo a esta parte, percibo que la ansiedad se ha instalado en nuestras vidas provocando, en muchos casos, bloqueos importantes. Incluso, está en el origen de adicciones y de graves problemas familiares. Cuando la ansiedad entra por la puerta salen por la ventana la alegría, la paz, la estabilidad financiera y hasta el amor. Esto último lo compruebo en casos de divorcio que llevamos en el despacho. Y no estoy hablando de un momento puntual de nerviosismo en el que todos nos hemos permitido meternos un atracón de chocolate o de chucherías. Me refiero a ansiedad de verdad. 

La incertidumbre y la inestabilidad en las que hemos vivido estos últimos dos años han acrecentado los miedos condicionando parte de las decisiones y acciones que tomamos en nuestro día a día. Hemos llegado a tener miedo al miedo.

Una reflexión sobre la ansiedad

No ayuda abrir el periódico, escuchar la radio o encender la televisión; cuando te sientes así, cualquier pequeño detonante despierta a ese monstruo que habita en nuestro interior y que comienza a rugir sin que detectes claramente qué es lo que lo ha provocado. Simplemente, está ahí, toma el control cuando le viene en gana y se refleja en el corazón, el estómago o con mareos, y a veces, con todos estos síntomas explotando a la vez. Si te haces consciente, si te observas desde fuera, como si no fueses tú, te darás cuenta de que son tus propios pensamientos los que te están jugando una mala pasada. ¡Detente!: ¿Qué historia te estás contando? ¿Qué pensamientos negativos y tremendistas se han apoderado de ti? La mente en piloto automático nos aleja del presente y, en ocasiones, de la realidad.

En esos momentos tenemos la opción de ignorar el nubarrón que se cierne sobre nosotros y nos repetimos que la vida debe continuar bloqueando lo que sentimos. Ignoramos esa emoción o emociones que etiquetamos como negativas y que nos están alertando de que algo no va bien.

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Huimos de las emociones «negativas»

Empresarios y autónomos ni tan siquiera podemos plantearnos tomarnos un tiempo, pedir una baja, irnos a casa a descansar y sanar esta dolencia del alma que se somatiza en el cuerpo. Entonces, habitualmente, recurrimos al médico para que nos atiborre a pastillas, o huimos de esa sensación tapándola con ocio, con actividades lúdicas, con una agenda repleta, fundiendo la tarjeta de crédito en el centro comercial, viendo una serie, rodeándonos de gente o descorchando una botella con la intención de huir y escapar de ese dolor. Paraísos artificiales que enmascaran la ansiedad y el miedo, pero que no contribuyen a sanar el origen y que nada aportan si queremos dejarlos atrás. Con esos subterfugios encontramos el alivio inmediato y temporal, la gratificación instantánea, pero la dolencia y la angustia siguen ahí y se alimentan día tras día de nosotros hasta llegar a agotar nuestras fuerzas. ¿Qué te dice tu cuerpo? ¿Lo escuchas alguna vez?

Seguro que habrás oído o leído una afirmación que asegura que «a lo que te resistes, persiste». Y eso es lo que hacemos, resistirnos, negar su presencia. De tanto negarla se hace más fuerte, más permanente y se convierte en un incómodo compañero de viaje que nos condiciona más de lo que podemos llegar a imaginar. En casos agudos, la ansiedad, los ataques de pánico, llegan a incapacitar a la persona.

Nosotras, las mujeres, tendemos a pedir ayuda a psicólogos y terapeutas, pero he comprobado que los hombres cargan con estas emociones sobre los hombros, restándole importancia, negando que sea un problema y engañándose con que ya se les pasará o que ellos solos pueden salir. Sea como sea, más allá del género, de la forma de percibirlo o afrontarlo, la ansiedad es un mal de esta sociedad y época en la que se desarrollan nuestras vidas. Permitirte ser, permitirte sentir, reconocer que algo no va bien, aceptar tu dolor o tus miedos es dar un paso al frente hacia el autocuidado y el amor propio.

La sanación de la ansiedad está en nuestro interior

El origen podría estar en la frustración, el exceso de autoexigencia, el miedo a fallar, a no dar la talla o a estar por debajo de las expectativas que esperan o esperamos de nosotros mismos. Hay tantos motivos como casos o personas. El dato alarmante es que un 10% de la población sufre de ataques de ansiedad, al menos de manera diagnosticada. Otro hecho que nos debería llevar a la reflexión es que España es el país en el que más medicamentos se prescriben para combatir la ansiedad.

«¿Cómo no voy a tener ansiedad? ¿Tú has visto lo que nos están haciendo a los autónomos? Si es que no pego ojo por las noches». Eso me decía un cliente hace unas horas. Y no le falta razón; el panorama es, cuanto menos, desolador en algunas circunstancias.

Sobre lo que hagan nuestros políticos tenemos un control limitado, más que cuando acudimos a las urnas, y, aun así, nadie nos garantiza que van a actuar o legislar como a nosotros nos gustaría. De lo que hagamos con lo que sentimos, con nuestra ansiedad, sí somos responsables. Lo repito, sí somos responsables. O salimos del papel de víctima y tomamos las riendas o nadie va a venir a solucionarnos los problemas. Suena duro, pero si lo piensas verás que es real.

A gestionar nuestras emociones es algo a lo que no nos han enseñado, aunque se haya vuelto la gran tarea pendiente que tenemos por delante. Si se implementara como asignatura en los colegios, desaparecerían en gran medida los conflictos que padecemos, aunque visto lo visto, no interesa.

Yo no soy psicóloga, ni experta en estos temas, pero me siento muy afortunada de que en la actualidad contemos con tantas herramientas al alcance de un solo clic. Si el exceso de información puede saturarnos y estar entre las causas del estrés y la ansiedad, internet es una valiosa vía para dar respuesta a las preguntas que nos hacemos.

¡Aviso!: si te atreves a ahondar, a iniciar un viaje interior hasta las últimas consecuencias, puede que encuentres que la solución esté en poner tu vida patas arriba, derribar los pilares oxidados que la sostienen, dejar morir a esa parte de ti que ya no te vale y comenzar un nuevo camino en el que, posiblemente, encuentres un éxito que se mide en paz interior. Si no puedes permitirte darte un tiempo para retirarte en una isla desierta a meditar porque tus empleados y tu familia dependen de ti, si trabajas por cuenta ajena y has anulado tu sueño de emprender y llevar otro tipo de vida, si no tienes ni idea de qué te pasa, pero te pasas la vida huyendo de esa opresión en el pecho o en el estómago, comparto contigo algunas cosas que he encontrado y que te ayudarán si padeces ansiedad.

Probablemente, te estés preguntando: «Minerva, ¿a qué viene este artículo? ¿Por qué no nos vendes los servicios del despacho?». La respuesta pasa por reconocer que yo misma he necesitado enfrentarme a la ansiedad en alguna ocasión y que, además, me pesa ver a mis clientes, a buenas personas, a luchadores que se levantan cada mañana para construir un país mejor, ahogándose en algo que tiene remedio. 

En mi búsqueda he descubierto que hay distintos caminos que te llevan a la sanación. No es que uno sea mejor que otro, el que te valga y te ayude es bueno. Lo que es curioso, es que psiquiatras, psicólogos y científicos coinciden que muchas de las enfermedades y dolencias físicas que padecemos tienen su origen en traumas y bloqueos emocionales. Entre la comunidad médica hay una corriente cada vez más extendida que defiende esta teoría. Disculpa, que me disperso. Como te decía, te dejo algunas lecturas que he comprobado que contribuyen a superar el pánico, los miedos y la ansiedad. Todos tienen en común que recalcan la necesidad de vigilar nuestros pensamientos, y a eso, se aprende.

1.- Los libros y el canal de YouTube de Rafael Santandreu

Este psicólogo nos alerta de los peligros que conlleva huir del sufrimiento, algo muy asimilado en la sociedad occidental. En su último libro «Sin miedo. El método comprobado para superar la ansiedad, las obsesiones, la hipocondría y cualquier temor irracional» nos da las claves para superarlo. Si eres de los que prefiere ver videos a leer, en su canal de YouTube encuentras material en el que además de a él, descubrimos el testimonio de personas que han superado -incluso las migrañas- siguiendo el método que propone Santandreu.

 

Enlace al canal de Youtube

2.- El libro «Dejar Ir» de David R. Hawkins

Es algo más denso que los libros de Santandreu y tiene más carga espiritual, pero si te apetece ahondar es muy recomendable. Te copio la sinopsis:

 

«Pionero de la medicina y de la investigación de la conciencia, y maestro de Un curso de milagros. Basándose en su experiencia personal y en sus más de cuarenta años de práctica clínica, el doctor Hawkins nos sugiere trabajar conjuntamente con las herramientas del perdón y del dejar ir para mantener en todo momento la paz mental y la alegría, y facilitar la curación. Este viaje que nos lleva del estrés a la paz no solo es posible, sino que está a nuestro alcance.

Como nos recuerda el autor, el sol, siempre radiante, se hace vivible cuando las nubes se despejan. El proceso de dejar ir acelera enormemente la consecución de nuestros objetivos en todos los ámbitos de la vida. Este es un libro escrito con el corazón, y por la mera exposición a la información que contiene ayuda al lector a dar el siguiente paso en la vida».

 

 

3.- «Cómo suprimir las preocupaciones y disfrutar de la vida» de Dale Carnegie

El autor de este libro murió en 1955 y, sin embargo, la sociedad que refleja en su libro, sus problemas y sus neuras, son muy similares a los actuales. De hecho, te olvidas que es un libro escrito en la primera mitad del siglo pasado. Su enfoque es distinto a los autores anteriores, pero te aseguro que te hará cambiar la perspectiva y cómo afrontas los problemas. Te dejo aquí la sinopsis.

«Si su más grande preocupación no tiene solución, ¿por qué preocuparse? Si esta gran preocupación tiene solución ¿por qué perder el tiempo preocupándose? La respuesta a estas dos preguntas no son, sin embargo, tan sencillas. La preocupación y el estrés paralizan a más seres humanos que cualquier otra enfermedad conocida, y los laboratorios científicos solo nos ofrecen antídotos de consecuencias imprevisibles. Pero usted puede hacer algo distinto a medicarse. Este libro le proporcionará unas técnicas probadas por más de nueve millones de personas de un sistema mundialmente reconocido y de muy fácil aplicación. Le ayudará a canalizar sus energías de forma que usted pueda controlar su vida, en lugar de que su vida le controle a usted».

 

 

Para terminar este artículo, en el que me he permitido compartir contigo mi propia reflexión sobre la ansiedad, te propongo que te hagas un par de preguntas: ¿Qué sientes ahora mismo? ¿Qué es lo que no estás aceptando?

Yo siento la necesidad de avanzar en mi vida, en mi trabajo y, por tanto, en la filosofía del despacho con un enfoque más humanista, más centrada en que cada persona es única y todos libramos una batalla piel adentro. Por eso, cuando tengo en frente a un profesional, a un cliente, me enfoco en mirar al ser humano que hay detrás y le tiendo la mano desde la empatía, desde la capacidad de ponerme sus zapatos y aportarle, al menos, un poquito de estabilidad ofreciéndole soluciones y mostrándole otros caminos para darle algo de paz.

 

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