¡Feliz Dia de Canarias!

Con el Día de Canarias no sólo llega una jornada para celebrar lo afortunados que somos en nuestra tierra, sino también una “reflexión de emprendedores” acerca de los días festivos… 😉

Cuando se acercan jornadas festivas como el presente Día de Canarias a menudo dedico algún que otro pensamiento a reflexionar acerca de lo que significa “día de fiesta” desde diferentes perspectivas. Por una parte, entiendo de la importancia e incluso la necesidad de conmemorar determinadas fechas señaladas para crear una conciencia colectiva acerca de aspectos tan importantes como la salud o la justicia social. Así, días dedicados a dar difusión a temas de igualdad, a la familia y la infancia, o a determinadas enfermedades, han constituido uno de los recursos imprescindibles para hacer llegar a la colectividad una información que contribuye a tener una sociedad mejor.

Cuando ya pasamos del día conmemorativo (que a menudo es hábil) al día festivo, ya es otra cosa. Para una parte de los negocios, los que permanecen abiertos y consiguen gracias a tal circunstancia un extra de facturación, estos días representan una estupenda oportunidad. Para los que se ven obligados a parar su actividad pero concentran una intensificación de servicios en los días previos -como los relacionados con “ponerse guapo/a” o reunir “avituallamiento”- son una magnífica  excusa para concentrar sus ventas primero y descansar después.

Pero para los muchísimos negocios de servicios y productos que no tienen nada que ver con el citado día festivo o con el acontecer que lo rodea, esa parada de actividad, esa excusa de muchos para disfrutar de un puente o una escapada, resulta de lo más forzada y tiene varias consecuencias. Por una parte, en ocasiones significa un nada despreciable bajón de la facturación, básicamente un día menos para vender sus servicios. Es este el caso de cualquier negocio que para realizar sus ventas dependa del tráfico de transeúntes y de la actividad cotidiana propia de cualquier zona urbana.

Pero además, si hablamos desde el punto de vista de una persona emprendedora, muchas coincidirán conmigo en que se convierte a menudo en un día “inoficial” de trabajo para el propietario o la propietaria de la empresa, independientemente de que las puertas no se abran al público. Evidentemente, todos necesitamos vacaciones y los miembros de nuestro equipo dispondrán de un estupendo día para desconectar del trabajo y olvidarse de su rutina cotidiana. Pero como emprendedores, esto de “olvidarnos” es muy relativo…

Hay ocasiones en las que aprovechamos la excusa de tener un día sin el trasiego habitual de clientes para avanzar tareas de esas que quedan relegadas una y otra vez en el apartado de “no prioritarias”. En otras ocasiones en las que la actividad está siendo especialmente intensa, el día festivo se agradece en el alma para sacar adelante trabajo importante y para el que las horas de la jornada regular parecen no ser suficientes. Y por último, cuando no proceden ninguna de las dos circunstancias anteriores y tenemos todo nuestro trabajo al día, me atrevería a afirmar que nuestra pasión nos impulsa a seguir trabajando… sin obligación, sin estrés, sin presión por terminar nada en particular. Porque como emprendedores apasionados de nuestro trabajo, nuestra cabeza y nuestro corazón se encuentran el 99% del tiempo en “modo creativo”. Con esto quiero decir que tenemos algo así como una “malformación profesional” que nos impulsa consciente o inconscientemente a ver en lo que nos rodea las más diversas oportunidades de optimizar nuestra empresa. ¿Sabes a lo que me refiero? Son esos momentos en los que pasas al lado de un negocio, te percatas de algo que están haciendo y te dices que tú podrías hacer algo parecido para mejorar tu servicio o para comunicarte mejor. O cuando estás ojeando una revista y te topas con algo que te muestra una manera diferente de solucionar algo. O cuando escuchas hablar a alguien y de repente descubres una nueva perspectiva para gestionar un proceso o encontrar una solución a un problema… ¿Te has visto en estas situaciones? Si es así, seguro que tú y nuestro equipo de González Abogados y Asesores tenemos en común algo que es vital no sólo para prosperar en un negocio, sino además para disfrutar del camino: la ilusión por hacer las cosas cada día mejor. Con este punto de partida tan propio de los emprendedores de éxito, el trabajo se convierte en un placer y en una fuente de satisfacción personal, y la categorización de los días del calendario -los laborables, fines de semana, festivos o de vacaciones- solo en un criterio a la hora de organizar al personal o agendar gestiones.

¿Te sientes reflejado/a? Pues disfruta y no te olvides de alimentar en el día de hoy toda esa capacidad creativa de la que dispones con unas buenas papas arrugás con mojo… 😉

¡Feliz Día de Canarias

 

 

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