Separarse, una ruptura de pareja puede ser una de las experiencias más dolorosas por las que atravesamos en nuestra vida. El desamor duele en el cuerpo, en el alma, sentimos el vacío, el miedo y la sensación de fracaso de haber apostado por una relación que ha llegado a su fin y por una persona que, en muchos casos, se convierte en un gran desconocido durante el proceso. Aparecen la rabia, la ira, los reproches, la culpabilidad, la tristeza, el desarraigo…Hablo de este tema porque en los últimos meses se han incrementado los casos de separación y divorcio. No sabría decir si la causa es que la pandemia nos obligó a mirar en nuestro interior y a definir honestamente qué queremos y que no queremos en nuestras vidas o son los astros que están revueltos.
La realidad es que en el despacho estamos especializados en derecho de familia y ese trabajo nos ocupa mucho más allá de los procedimientos legales de presentar una demanda, redactar un convenio regulador o interponer un revisión de medidas.
Nos enfrentamos a que nuestro cliente es una persona rota, mujeres y hombres con las emociones a flor de piel, el corazón hecho añicos, la autoestima minada y sentimientos polarizados. Aun cuando lo que se deja atrás pudo transformarse en una relación tóxica y debería dejar espacio a cierta liberación, el proceso de desapego, de asumir y aceptar la nueva situación y la avalancha de temores ante un futuro incierto son un denominador común de las personas que llegan a nuestra oficina para que nos hagamos cargo de los trámites legales de su separación de pareja. Entonces, no vale solo poner a su disposición todo lo que sabes como profesional, ante todo, debes ser persona, conectar con ese dolor y esa vulnerabilidad y hacerte cargo de que te ha elegido como compañera para transitar ese túnel oscuro del desamor. La toga no te protege de sentir, pero precisamente por eso, porque puedes ponerte en su lugar, porque ya has transitado ese camino con otras personas a las que has acompañado a atravesar ese desierto, tienes algo que no se aprende en la facultad de Derecho: empatía y capacidad de sostener a esa persona durante todo el proceso legal desde la templanza y la compasión.
Hay quien llega queriendo machacar al que en ese momento percibe como «el contrario». Hay quien quiere ceder en todo y pasar cuanto antes el mal trago. Nuestra obligación en todos los casos es atemperar los ánimos y aportar equidad.
En muchas de estas situaciones lo recomendable es aconsejarles que den un paso atrás y se despreocupen de los temas legales, ya tienen bastante con enfrentarse al duelo, al proceso personal de transformación que conlleva una separación y a la montaña rusa en la que te sumen las emociones cada día hasta que te recompones como persona. Como abogada te armas de valor y defiendes los intereses de tu cliente a capa y espada mientras lo/la sostienes para que entienda que todo pasará, que todo es temporal, hasta el dolor en el pecho, las lágrimas y el nudo en el estómago.
La mediación suele ser muy recomendable en estos casos. Mediar entre las dos partes para llegar a un acuerdo ahorra tiempo, recursos económicos y malos ratos a la pareja que se disuelve. Si hay intereses económicos o hijos en común, esta fórmula contribuye a que el proceso, dentro de la crudeza del momento vital, sea más suave.
Las separaciones nos sumen en una crisis vital que podemos transmutar en un proceso de crecimiento personal, de transformación, de recuperar nuestro poder personal y conocernos mejor a nosotros mismos. No es fácil, nadie dijo que lo fuese. Por algún motivo, madurar y evolucionar como seres humanos hacia nuestra mejor versión, duele. Tiene que morir una parte de nosotros para dejar salir esas otras partes que nos permitirán encaminarnos a un futuro más pleno. Para ello, es importante que, además de un profesional del Derecho que te comprenda y te entienda, te dejes asesorar y guiar por psicólogos, terapeutas o psiquiatras. No siempre podemos solos con este tipo de situaciones y no somos más débiles por dejarnos ayudar, todo lo contrario. Demuestra que somos más sabios porque sabemos que apoyándonos en profesionales expertos saldremos antes y mejor del pozo en el que nos sume la desesperación y el duelo.
Dicho todo esto, te dejo algunos recursos que encontrarás en internet y que pueden venirte bien si estás viviendo una separación o divorcio. Si necesitas que te tienda una mano, que te acompañe en este proceso, llámanos, nos ocuparemos de todo para que te despreocupes de los procedimientos y te ocupes de ti.
1.- El podcast de Mia Astral
Esta venezolana afincada en Miami es astróloga, pero además, tiene un podcast en el que nos comparte a diario reflexiones personales muy sabias sobre la vida, el crecimiento personal y las relaciones. Son audios cortos que pueden aportar luz y claridad en el camino.
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2.- Instagram y Youtube de Silvia Congost
Silvia Congost es psicóloga experta en apego, rupturas y autoestima. En sus redes sociales encontrarás consejos para sostenerte mientras recorres el duelo en sus diferentes etapas. Aunque en su web tiene cursos que están a la venta, ofrece muchas herramientas de manera gratuita. Cuenta con un catálogo de libros sobre estos temas, que si te gusta leer son fantásticos y están cargados de herramientas.
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3.- El Instagram y el podcast de Lorena Cuendias- Mujer Alquimia
Si eres mujer, seguirla, escucharla y leer sus post te pueden hacer mucho bien. Conecta con la sabiduría interna femenina y te devuelve la mirada a tu poder personal, a esa mujer que hay dentro de ti que busca recuperar la paz y la ilusión.
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Antes de despedirme por hoy, te dejo también algunos enlaces a artículos que hemos publicado sobre separaciones y divorcios que pueden orientarte. Haz clic sobre los títulos y accede al enlace directo.
1.- En la vida tienes lo que crees que mereces
2.- Cómo y cuándo plantear una modificación de la pensión de alimentos
3.- Vacaciones y rupturas de pareja: Cómo separarse y conservar una buena relación
4.- Lo que debes saber antes de tomar la decisión de separarte o divorciarte
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